Como ya hemos insistido en varias ocasiones, mejor que hacer una luminaria de emergencia bonita es hacer una luminaria de emergencia que no se vea o, al menos, que no destaque. Como diseñadores y fabricantes de iluminación de emergencia, no podemos negar que estos aparatos son secundarios en la concepción visual de un edificio, en el sentido de que no es en lo que piensa el arquitecto o el decorador cuando imagina el espacio.
Sin embargo, es muy importante a nivel técnico, por lo que, incluso desde ese papel secundario, es un elemento que hay que considerar a conciencia. Más, si cabe, que la iluminación convencional, puesto que ésta se puede colocar donde queramos, en función del ambiente que pensemos crear, pero las luces de emergencia hay que instalarlas de manera que se cumpla lo que establece la normativa. Por eso, una luminaria llamativa puede arruinar un diseño arquitectónico espectacular.
Afortunadamente, los avances tecnológicos de las últimas décadas han permitido ir reduciendo el tamaño de los componentes que integran una luminaria, un factor vital en el alumbrado de emergencia. Las luminarias convencionales únicamente precisan una lámpara y un cable que le proporcionen la energía necesaria, y todo el componente ornamental queda al servicio de la imaginación de la persona que las diseña. Sin embargo, las luminarias de emergencia no pueden prescindir de baterías y tarjetas electrónicas.
Todo este paquete que tienen que contener las luminarias autónomas (en el caso de las centralizadas habría más libertad) obligaban en el pasado a crear artefactos toscos como los que presentamos en la siguiente imagen.
A lo largo de los últimos años se ha producido una sucesión de mejoras tecnológicas que han permitido ir reduciendo progresivamente el tamaño de las luminarias. Esas mejoras se han producido principalmente en dos áreas:
- Fuente de luz: La evolución desde las primigenias bombillas incandescentes a las fluorescentes primero, a las fluorescentes compactas después, y finalmente a los diodos LED ha permitido no sólo reducir el tamaño de la lámpara , sino también mejorar su rendimiento. Esto redunda, asimismo, en el tamaño de las baterías, ya que se necesita menos energía para conseguir el mismo tiempo de autonomía.
- Baterías: La evolución siguió la siguiente secuencia: NiCd > NiMH > LiFePO4
En este caso los avances más significativos los encontramos en el método de carga y la reducción en el impacto medioambiental. Trataremos en mayor profundidad el tema de las baterías en un artículo futuro. Puedes suscribirte a este blog para no perdértelo.
El diseño es el que manda
Gracias a estos avances ha sido posible crear luminarias de emergencia con formas que permiten mimetizar el aparato con su entorno de colocación. El ejemplo más vistoso es el de la luminaria Block de Daisalux. Por su formato plano, de forma rectangular y sobria, y apenas 3 cm de grosor, es perfecta para colocación en superficie sobre pared. Se presenta en 3 colores (blanco, negro y gris plata), que la hacen prácticamente invisible en paredes de esos colores. No obstante, una de sus características más atractivas es que se le puede incorporar una carcasa completamente personalizable, gracias a la cual se camufla perfectamente como hacen los camaleones. No hay más que ver el espectacular resultado conseguido en el Foster’s Hollywood de Valladolid. ¿Sois capaces de encontrarla sin ayuda?
Aquí podéis verlo más claro:
A estos avances tecnológicos habría que sumar las novedades técnicas que han permitido empotrar los aparatos en pared y techo, de manera que quedan enrasadas y no se percibe ningún volumen prominente. Esto ya permitió en el pasado crear soluciones interesantes para aparatos como Lens, Hydra, Nova, Norma o Sol. Pero ha llegado a su máxima expresión con la luminaria Izar, de Daisalux.
Podemos resumir la genialidad de la Izar en tres puntos:
- Tecnología LED: Permite fabricar una luminaria de muy reducidas dimensiones
- Módulos independientes: El sistema electrónico y las baterías están separados del conjunto óptico. Este sistema, que ya se exploró en el Hydra reptor, aporta una flexibilidad máxima a la hora de trabajar en techos técnicos o falsos techos con poco espacio interior. La Izar se puede instalar en espacios con una altura mínima de 10 cm.
- Enrasado: Si esta técnica la unimos al pequeño tamaño del conjunto óptimo, el resultado es que sólo se ve un pequeño círculo de apenas 4,6 cm.
En el siguiente vídeo podéis ver la facilidad de colocación de la luminaria Izar y lo poco que ocupa, además del fundamento de activación de la función Eco-Permanente:
Interdistancia de hasta 17 metros
Aunque hemos consagrado este post al tamaño de las luminarias, no podemos terminarlo sin mencionar uno de los factores más importantes en el diseño de iluminación de emergencia: la óptica. No vamos a profundizar en este tema, porque ya lo hicimos en un artículo anterior, pero recordaremos que el desarrollo de nuevas lentes permite manipular la luz casi como queramos. En la Izar se pueden encontrar dos tipos de lentes: una para iluminación antipánico y otra para evacuación, que permite una interdistancia de hasta 17 metros entre luminarias a 2,70 m de altura de colocación.
Cerramos el artículo con unas fotos del Mercado de San Agustín (Toledo), donde la luminaria Izar se ha colocado también entre lamas de madera (también se instalaron Block y Vir). Además, la Izar tiene una solución en negro, de manera que se camufla mejor todavía en techos de este color.
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