La serie Izar, con un acabado en negro para su colocación en techos de ese color, cuenta con dos lentes: una para iluminación antipánico (izquierda) y otra para recorridos de evacuación (derecha).

Gran parte de la técnica y la tecnología que se aplica en iluminación de emergencia está orientada a conseguir una mayor eficiencia energética de los productos. Muchas veces, se olvida que el primer objetivo de este tipo de alumbrado y de la señalización de evacuación es la seguridad. Obviamente, ése también es el primer objetivo en el diseño de las luminarias. Para conseguirlo, el paso fundamental es facilitarle al ojo el proceso de visión y de visualización de los rótulos.

En el próximo artículo explicaremos el papel que cumple la uniformidad en la eficacia y eficiencia del producto. Hoy empezaremos aclarando cómo influye en la ergonomía visual.

La adaptación visual es la capacidad del ojo para adaptarse a niveles bajos y altos de iluminación. Para adaptarse a niveles bajos, la pupila aumenta de tamaño para permitir que entre más luz en el ojo. Para adaptarse a niveles altos, se reduce. El Iris y la pupila actúan como el diafragma de una cámara de fotos.

Al mejorar la uniformidad, el esfuerzo que tiene que realizar el ojo es menor, por lo que la ergonomía visual se ve afectada positivamente. El caso ideal de relación de uniformidad sería lux_max / lux_min = 1, así que el reto es acercarse lo máximo posible a ese valor.

En la serie Izar se han desarrollado lentes específicas para recorridos de evacuación y para alumbrado antipánico que consiguen una uniformidad sobresaliente, cumpliendo con los niveles de iluminación requeridos de 1 lux y 0,5 lux en alturas de colocación entre 2,2 m y 5 m.

Visualizar correctamente los rótulos

La ergonomía visual no es importante sólo en la iluminación de emergencia, sino también en la señalización de evacuación. Según la norma UNE 23034, un rótulo compuesto por el pictograma “persona + flecha + puerta” tiene que tener un tamaño mínimo de 320 mm x 160 mm para una distancia de observación máxima de 10 metros. Este rótulo tiene que ser visible a una distancia corta (menos de 1 metro) y a su máxima distancia de observación de 10 metros.

La acomodación visual es la capacidad que tiene el ojo para enfocar objetos (en este caso pictogramas) a distancias largas y cortas. El cristalino es una lente flexible que modifica su curvatura gracias a la presión de los músculos ciliares. Así, consigue enfocar y es capaz de proporcionarnos una imagen nítida a distintas distancias.

Aun así, el brillo de los objetos tiene que ser el adecuado para que el proceso de visión óptima se produzca de manera completa. Por ejemplo, en entornos muy oscuros la acomodación visual es más complicada, y en entornos con luminancias excesivas podemos deslumbrarnos.

Aparte del brillo, es importante que el contraste entre colores sea el adecuado. Este factor es muy importante en el proceso de visión de un pictograma de señalización, ya que si dos colores vecinos tienen un contraste deficiente, el pictograma se dejará de apreciar a medida que nos alejemos de él.

En la siguiente tabla se presentan las diez combinaciones de colores que presentan mejor contraste entre sí, clasificadas por orden decreciente:

Esta clasificación se utiliza a la hora de diseñar la señalización de seguridad. Como veis, las combinaciones que están en segundo (verde/blanco) y tercer (rojo/blanco) lugar con las que se usan para señalización de evacuación y señalización de las instalaciones de protección contra incendios, respectivamente. Y la cuarta (azul/blanco) es la que se utiliza en rótulos de información.

La norma ISO 3864-1 es la que marca las coordenadas CIE de cromaticidad del color verde y rojo a utilizar. Es decir, especifica qué tono exacto de verde y rojo hay que utilizar en los rótulos.

Distancia máxima y distancia mínima

Tanto el código técnico de edificación (CTE-DB-SUA), como la norma europea EN-1838 señalan otra serie de requisitos que deben cumplir los rótulos:

• El color de contraste debe proporcionar al menos 2 cd/m² de luminancia (brillo) para que el color pueda ser identificado a la distancia máxima de observación del pictograma.
• La luminancia o brillo en el color de seguridad (blanco) deberá ser al menos 5 veces mayor que la luminancia en el color de contraste. Con este contraste de luminancias se permite identificar la forma del contorno del pictograma a su distancia máxima de observación.
• La relación de contraste entre el color de seguridad y del color de contraste deberá ser inferior a 15, porque si el contraste es excesivo, se corre el riesgo de que a una distancia muy próxima al rótulo un exceso de brillo produzca deslumbramiento.

Además, la norma alemana DIN 4844-1 indica que en entornos con altas luminancias (lugares con niveles altos de iluminación) la señal de seguridad puede no tener un contraste alto con el entorno en el que está por lo que en el color de seguridad se deberá proporcionar una luminancia mínima de 500 cd/m² para que sea identificable. Además esta luminancia puede ayudar a que el rótulo sea identificable en ambientes con humo ligero en caso de incendio.

Ponerse siempre en la peor situación

Aunque parezca sorprendente, durante el proceso de visión, la mayor parte del trabajo no la realiza el ojo, sino el cerebro. Si la información que el ojo envía al cerebro no está completa (sólo vemos sombras, objetos incompletos, perspectivas engañosas…), nuestro cerebro completa la información hasta formar el “mundo visual”. Este mundo visual generalmente coincide con el real, pero no siempre. Cuando se produce una situación de pánico, la percepción del entorno puede no ser objetiva, debido a que el propio pánico sufrido por una persona induce la modificación de la sensibilidad del ojo a la luz, produciendo una dilatación de la pupila. Por estas razones, es importante que la señalización de evacuación garantice su visión en condiciones excepcionales.